Ojén es un soplo de aire fresco del Mediterráneo, un cuadro de casas blancas en la falda del Cerro Ojenete y el valle del Arroyo Almadán que le dan ese fondo verde de la Sierra Blanca. Ojén se asoma al mar y acaricia sus brisas, levante, poniente, da igual, aire marino en la sierra, aire puro por un tubo, todo un lujo y calidad de vida. La zona antigua del casco urbano tiene rincones verdaderamente bonitos, con sus macetas, sus flores, sus tejados, su tranquilidad infinita que te recrea, te relaja y te hace olvidar el mundanal ruido de la ciudad, pura terapia para la ansiedad y el estrés. Bg
viernes, 31 de agosto de 2007
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1 comentario:
Buena sensasión. Ojeneto
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